Hoy ha llegado un día muy esperado, y por qué no decirlo, muy temido: la vuelta de los niños y niñas a las aulas. Esperado por ellos, por los niños, porque muchos morían de ganas de volver a ver a sus amigos. Otros quizá se hubieran quedado jugando al Fortnite, pero ese es otro tema.
Pero la relevancia viene determinada, obviamente, por la Covid19, que hace que cualquier cosa que los humanos hacíamos, ya fuera con ilusión o con resignación, ahora también la hagamos con miedo y precaución. Porque no hace falta explicar el temor que tienen padres y docentes, simplemente decir que existe la sensación de agitar una coctelera gigante (y posiblemente esperar que los ingredientes no se mezclen). Otra cosa es que la cosa salga mejor o peor, pero ese trabajo se lo dejamos a Fernando Simón y compañía.
Una de los factores más relevantes en este reto va a ser el espacio donde se imparten las clases. Vamos, que la arquitectura va a tener un peso fundamental en la vida de las personas (otra vez). Y como sabemos que (otra vez) puede ser un tema que pase desapercibido, este mes vamos a poner nuestro granito de arena para dar un poco de visibilidad a algo tan importante para cualquier sociedad, sea del tipo que sea.
Dedicaremos unos cuantos artículos a la relación de arquitectura y educación, a ver cómo nos influye desde pequeños, a ver algunos ejemplos de diseños de espacios dedicados a la educación, tanto locales como internacionales, y posiblemente nos pararemos en alguno para verlo en profundidad. Y probablemente tendremos que parar también para ver cómo está yendo la cosa…
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