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Así se las ve la mujer en el sector inmobiliario

Agente inmobiliario

Escrito por Almudena Ortuño

15 octubre, 2019

Las hay, y son más que ellos, pero mandan poco. A continuación repasamos las causas del desequilibrio y aventuramos el futuro de un sector donde el problema está en los puestos directivos

Imagina que conduces por la carretera; imagina que te cruzas con un cartel publicitario que anuncia servicios inmobiliarios; imagina que hay una fotografía del agente en cuestión (al más puro american way). ¿Ya? Con probabilidad estarás pensando en el rostro de un hombre de mediana edad, que se peina hacia atrás y viste con americana, mientras ladea una sonrisa más bien forzada. Desde luego no estás pensando en una mujer.

El imaginario colectivo es muy potente, y también la estadística. El porcentaje de mujeres que se dedica al sector inmobiliario en España es bastante elevado, de hecho alcanza el 64% del total, pero si hablamos de las que ocupan puestos de responsabilidad, el dato se reduce significativamente hasta el 8%. Las cifras son de AMPSI, la Asociación de Mujeres Profesionales del Sector Inmobiliario, que lucha por visibilizar y equiparar su labor.

¿Y por qué no mandan?

La explicación obvia del desequilibrio sexual es la trayectoria histórica. Como en otros tantos sectores, la mujer se ha incorporado al ámbito inmobiliario de manera progresiva y los puestos directivos ya estaban copados. Más datos, estos del INE: el bastión femenino ha crecido un 80% desde 2010. Esto quiere decir que en la última década se ha disparado la entrada y que, previsiblemente, las nuevas generaciones podrán escalar más alto.

Otro elemento esencial es la conciliación. La vida familiar ha frenado, muchas veces, el desarrollo de la mujer en el ámbito profesional, sobre todo porque ha recaído en ellas la obligación de cuidar de los hijos. Por fortuna, este modelo se apaga y las tareas del hogar se reparten. Dedicarse al sector inmobiliario implica tener disponibilidad horaria y facilidad para desplazarse, porque muchas operaciones se cierran cuándo y dónde dice el cliente.

Mujer en el sector inmobiliario

El caso es que son buenas

Las mujeres cierran el 45% de las operaciones inmobiliarias que se llevan a cabo en España, una cuota que ha aumentado un 60% en los últimos cinco años, según datos de la Federación del Sector Inmobiliario (FIABCI). Esto quiere decir, sobre todo, que trabajan bien. «Hace dos décadas el sector inmobiliario estaba dominado por hombres, pero ahora la presencia de la mujer es muy notable, y esto se ha conseguido gracias al buen hacer  de las profesionales”, señalaba la vicepresidenta de este organismo, Mercedes Blanco.

También ha contribuido a este desarrollo el asociacionismo, en tanto que ha dinamizado la formación, ha dotado de visibilidad al sector y ha fomentado la red de networking entre mujeres. Hablábamos de AMSI, pero también está WIRES, organización nacida tras la burbuja inmobiliaria. “Nuestro propósito era ayudar a fortalecer y consolidar los cambios que vinieron al pasar la crisis. También que las directivas pudieran construir su red de confianza y se viera su talento”, explicaba la presidenta, Carmen Panadero.

Última frontera: el salario

Hay una brecha salarial indiscutible entre hombres y mujeres: concretamente de 5.941 euros, según los último datos del INE en 2018. En la rama de actividad de la construcción y el inmobiliario, ellas cobran un 2’7% menos que ellos, y no es una de las situaciones más desequilibradas, si lo comparamos por ejemplo con la banca y las aseguradoras, donde las mujeres tienen un salario un 51% más bajo que los hombres. Escandaloso, sea más o menos, en tanto que no se corresponde con el rendimiento en el desempeño del trabajo.

Sucede otra paradoja: precisamente por la desigualdad de sueldos, no en esta profesión, sino en otras tantas, el acceso de las mujeres al mercado de la vivienda es menos. Y por tanto, muchos de los clientes que compran y alquilan son hombres. Es hora de que esto cambie; de hecho, ya está cambiando. Cuando se rompa el techo de cristal que impide llegar hasta los primeros puestos, seremos capaz de conducir por la carretera e imaginar que en el cartel inmobiliario aparece una chica, sin importar que lleve americana.

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