• El primer curso post-Covid (o no tan post) supone un reto para la sociedad
• Qué se puede esperar en este final de 2020 y principio de 2021
• Y por qué no, qué nos gustaría a nosotros que pasara

Existen, por lo menos en nuestro país, dos maneras de «mirar» los años. Porque siempre tardamos lo mismo en dar una vuelta al sol, pero podemos empezar a contar en distintos puntos de la órbita. La primera es la óptica del año natural, de 1 de enero a 31 de diciembre. Ya llegará el momento de hablar del año de la pandemia, te vas a hartar. La otra es la de trocear la vida en cursos, o sea, de 1 de septiembre a 31 de agosto. Muchas veces tiene más sentido la segunda, sobre todo en el ámbito profesional, por eso de dejar el parón al final del curso. Y hoy tiene todo el sentido, porque es 31 de agosto…

¿Qué nos ha deparado el curso 19-20?

Ponerse a hablar de un periodo marcado claramente por la irrupción del coronavirus en todo el mundo puede resultar, a estas alturas, muy redundante. Lo que es realmente difícil es hacer balance, precisamente por el efecto de la pandemia en nuestras vidas. Precisamente porque este efecto, en muchos casos, nos ha cambiado la trayectoria, ha invalidado planes, ha traído planes nuevos, y nos ha apartado de la -antigua- normalidad. Será cuando recuperemos nuestras vidas cuando podremos saber en qué punto nos ha dejado este curso. También hay quien dice que nunca recuperaremos la normalidad, y que crearemos una nueva. Pues en ese caso, será cuando esa -nueva- normalidad sea estable, cuando podremos valorar el 19-20. En resumen, necesitamos perspectiva.

Pero como esto es una empresa de arquitectura, tenemos la obligación de analizar cómo están las cosas en nuestro ámbito. Hace un tiempo, os hablamos de la vivienda post-Covid sin demasiado entusiasmo. Lo hicimos en un momento en el que se usaba más el término «post-Covid», porque ahora parece que lo que puede haber después del Covid es más Covid (esperemos y esperamos que no). Pero seguimos pensando que el curso pasado ha de servir para cambiar la actitud en general y no solo por el virus. Porque los problemas que pueda tener la vivienda -y la arquitectura residencial- no solo están relacionados con el virus.

¿Os acordáis de Greta Thunberg? Pues ni falta que hace, pero recordad que antes del virus, le hicimos bastante caso, y con razón. Ahora parece que la eficiencia energética vuelve a dar igual, lo importante es el virus. Lo importante ahora es el virus, pero cuando no sea lo importante, habrá que seguir trabajando para mejorar. Confiamos en que trabajar siempre para mejorar, y que eso sea lo importante, sea el auténtico post-Covid.

Nos deja también un nuevo compañero: el trabajo remoto. También hace un tiempo escribimos una loa. Con el tiempo, seguimos pensando igual, porque nos va bien, pero hemos conocido los problemas que presenta. ¿Servirá también esta experiencia para pensar de una vez en conciliación de verdad?¿En horarios racionales?¿Pensaremos en ello cuando diseñemos una casa nueva? El tiempo lo dirá, nosotros también lo esperamos.

Por último, y permíteme que sea corporativista, estaría bien que la gente valore la labor de un arquitecto. Un buen arquitecto especializado en vivienda tiene que comprender a la perfección cómo el cliente vive y usa su casa, y si lo hace, tiene el poder para mejorar la vida de las personas. Es algo que le pedimos a esta nueva temporada.