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Los 10 síntomas de que ya es Navidad en València

Escrito por Almudena Ortuño

24 diciembre, 2019

Unos tienen Cortylandia y otros, los turrones de Xixona. Ya es Navidad en toda España y eso, en nuestra ciudad, significa diversión


La Navidad es esa época del año que hace aflorar lo mejor (y lo peor) de nosotros. Los hay que adoran las fiestas; otros la detestan. En cualquiera de los supuestos, de pronto te descubres decorando el árbol de Navidad, cargando bolsas por las avenidas y cantando jingles pegadizos de la televisión. ¿Por qué? Pues porque la fuerza de estas fechas (y su impronta comercial) es completamente arrolladora, y no solamente se cuela dentro de los hogares, sino que se hace visible sobre todo en las calles.

Qué de niños, qué de espíritu, que de brilli-brilli

Antes de protestar, espera a leer la lista. Tanto si te gusta como si te disgusta la Navidad,  puedes sacarle partido a los planes que conlleva. En cada ciudad, la epidemia sintomatiza de una manera. Pero el caso es que València se pone especialmente disfrutona con esto del nacimiento religioso.

Te damos 10 ideas para reconciliarte con Papa Noel.

1) El alumbrado de las calles. Lo que nos gustan las lucecitas a los valencianos. No solo en Fallas le damos caña a la contaminación lumínica, también en Navidad nos permitimos el exceso. Durante todo el mes de diciembre, y hasta el 7 de enero, puedes pasear bajo la iluminación de las principales calles de València: la calle de la Paz, San Vicente y Colón. También se visten de gala Ruzafa y parte del Carmen. Hablando de luces, son muy emotivos los árboles encendidos de la Plaza del Ayuntamiento y del Mercado de Colón, que consiguen templar el alma a golpe de LED.

2) Los buñuelos con chocolate. Otra similitud con las Fallas, aunque en este caso, es más importante la bebida que el buñuelo. Tanto da si mojas un bizcocho o Panettone. El caso es que sostengas la taza, bien caliente, entre las dos manos, y olvides los males a golpe de sorbitos. València cuenta con templos chocolateros, y su ambiente es mucho más nostálgico que el de los puestos de fritanga, así que te recomendamos pasarte por Santa Catalina y El Collado, o probar los buñuelos de Fabián.

3) La pista de patinaje del Ayuntamiento. Desde hace unos años, se ha convertido en un clásico de la Navidad. Le acompaña además un tiovivo y un tren de la Navidad, todo muy cuqui. Hasta el 6 de enero, se puede patinar de 11 a 23 horas (24 y 31 de diciembre, solamente hasta las 20 horas), por un precio bastante asequible (8 euros en la pista grande y 5 euros en la pequeña). No hace falta ser muy habilidoso, basta con llevar ropa de manga larga y guantes que protejan las manos.

4) Los circos por toda la ciudad. Una de las citas tradicionales, que todos recordamos de nuestra infancia, y queremos seguir transmitiendo a las generaciones del futuro. Mejor sin animales: se bastan los payasos, actores, malabaristas, trapecistas, funambulistas… Está el Circo Raluy Legacy, en La Marina de València; el Wonderland, frente al Bioparc; el Fele, en La Rambleta; el Ante The Magnificient, que se estrena en el teatro La Plazeta; y el Gran Circo Alaska, con un show muy especial de hologramas 3D.

Navidad en Valencia

5) Los turrones artesanales. No sabemos la suerte que tenemos, en serio. El turrón es una elaboración tradicional que, pese a haberse propagado por toda España, a cuenta de múltiples variaciones en la receta, sigue teniendo un marcado carácter territorial. En la capital del Turia se venden las marcas artesanas más importantes, guardianas de un oficio que es legado, especialmente si compramos en el Mercado Central, en Galiana o en Casa Ramos. Su calidad está muy por encima de los comerciales.

6) Los mercadillos de Navidad. Que además hay muchos. Puedes elegir entre la Mostra de Artesanía en el Mercado de Colón, o el Mercado de Navidad, que organizan en la Ciudad de las Artes y las Ciencias. También está el mercadillo alrededor de la Lonja de València y, a partir del 3 de enero, el Mercado de Reyes del Cabanyal. Este último constituye una costumbre muy arraigada en la zona marinera y se despliega por toda la Avenida Mediterranila, las vísperas a la Gran Noche, hasta las 5 AM.

7) El belén de Roca. Por si el de casa se te queda pequeño. Se trata del belén con más figuras de España, y uno de los más espectaculares. Se puede visitar hasta el 6 de enero, de 11.30 a 14.00 horas, y de 17 a 20 horas, en el Barrio de Roca de Meliana (de ahí el nombre). La entrada es un donativo para el proyecto anual de Manos Unidas. Otros belenes icónicos de la ciudad son el del Salón de Cristal del Ayuntamiento, que tiene 300 figuras y 250 animales; el del Mercat Central, que se inauguró hace dos años; o el de la parroquia de San Nicolás de Bari de Valencia, con la particularidad de ser en vertical.

8) Expojove. ¿Qué tipo de infancia has tenido si no conoces el gran evento infantil y juvenil que se celebra en Feria Valencia? La Navidad es época de construir recuerdos, y entre ellos, Expojove es uno de los más potentes para los pequeños de la casa. Del 26 de diciembre al 4 de enero, desde las 11 de la mañana hasta las 20 horas, todas las familias pueden disfrutar de actividades didácticas, teatro, música, espectáculos… La entrada de un día cuesta 5 euros y garantiza entre entretenimiento a porrillo.

9) La Carrera de San Silvestre. Nuestro equivalente a la cita vallecana, pero en clave mucho más divertida. La XXXVII San Silvestre Popular Valenciana tendrá lugar el lunes 30 de diciembre y sale, a las 20 horas, de la calle Xàtiva. Se trata de la última prueba de calendario anual de la Ciudad del Running, y también la más divertida, puesto que se esperan cerca de 19.000 corredores, en su mayoría disfrazados. Hay una primera prueba competitiva, para 600 corredores, que sí que luchan por completar en el menor tiempo los 5.300 metros de recorrido.

Navidad en Valencia


10) El Roscón. El fin de fiesta, el broche de oro. Decíamos que en València tenemos una repostería navideña de excepción, donde se incluye el turrón, pero también la coca Cristina, los pastissets de boniato y hasta el Panettone, importado de los italianos. Pues bien, una de sus máximas expresiones es el Roscón de Reyes, a base de masa, con confitura en su relleno, quizá nata, y decorado de frutas escarchadas. Hay que cruzar el umbral de La Rosa de Jericó y del Horno Valencia para proveerse de los mejores de la ciudad. Y si te sale el haba, la tradición indica que debes pagar el próximo.

Que no es que nuestras costumbres sean muy distintas, o necesariamente mejores, que las del resto. Pero el caso es que vivir en una ciudad tan bonita como València, hace que todas las fechas sean más especiales, disfrutables y apetecibles. Incluso estas. Incluso la Navidad. 

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